Ayer tuvimos un Foro Político en la Escuela de Periodismo, organizado por el Annete Strauss Institute for Civic Life de la UTexas. La idea era comentar el resultado de las elecciones y algunas de las estrategias más llamativas de la campaña. En la primera parte se presentaron tres profesores con sus respectivas investigaciones, y luego vino un panel con periodistas y analistas políticos de ambos partidos (demócrata y republicano).
Foto 1: Dr. Dhavan Shah, de la University of Wisconsin-Madison
Entre las ideas que se discutieron, hubo algunas que me llamaron mucho la atención; por ejemplo, las platas de la campaña. Los analistas dicen que es difícil calcular cuánto dinero gastó cada candidato, porque muchas organizaciones simpatizantes de uno (y enemigas del otro) gastaron una millonada para apoyar a su candidato. Por ejemplo, en los canales de TV abierta era común ver comerciales pagados por el Partido Republicano (los cuales establecían claramente que “éste comercial es financiado por el partido y no por la campaña”) atacando directamente al Presidente Obama, diciendo que en su periodo la economía empeoró, el desempleó creció y el país no se merece otros cuatro años en esta situación (si no me cree, dele un vistazo a este video). Los analistas coinciden en que ésta ha sido la campaña más negativa de la política moderna, y tratando de hacer una estimación conservadora, se piensa que cada candidato gastó una cifra cercana a los mil millones de dólares (para ser más exactos: Obama $932.093.331 y Romney $1.030.153.386, según el sitio opensecrets.org).
Por ahí alguien mencionó que el candidato ganador gastó menos dinero que su oponente, lo que haría pensar que, a la larga, el dinero no hace la diferencia. Come on! Si estamos hablando de gente que gasta cifras cercanas a los mil millones de dólares, da exactamente lo mismo que un candidato haya gastado un par de millones más o un par menos. Si dijeran que quien ganó gastó la mitad o una tercera parte, cabría preguntarse si el dinero importa, pero en este caso está claro: importa, y mucho. ¿De veras piensan que un candidato sin plata podría ganar las elecciones…? hagan la prueba entonces!
Foto 2: Regina Lawrence, moderadora del panel (Annete Strauss Institute for Civic Life); Christina Bellantoni (editora política de PBS NewsHour); Charles Mahtesian (editor político de POLITICO); Cornell Belcher (estratega político, partido demócrata) y Will Cain (colaborador de CNN y The Blaze).
Lo otro interesante es el voto latino. Más de 23 millones de latinos votaron este año (¡ojo! Más que toda la población chilena) y el 73% de ellos lo hizo por Obama. Esto no sorprendió a nadie, porque los latinos siempre han sido más cercanos a los demócratas, y porque los dichos de Romney durante su campaña no lo ayudaron a ser popular (especialmente los referidos a la política de self-deportation: “si nadie les da trabajo, se tendrán que ir por voluntad propia”). Incluso en Texas, un estado “rojo” por naturaleza, los latinos que votaron se inclinaron en un 70% por Obama (un poco menos que el promedio nacional, pero de todas formas un porcentaje alto). La única excepción se dio en Florida, donde el 58% de los latinos se fue con el presi. Puede ser por la alta cantidad de cubanos en la zona de Miami, los cuales serían en su mayoría anticastristas y, por lo mismo, más cercanos a los republicanos, pero esto es sólo una conjetura.
Sylvia Manzano, analista de Latino Decisions y quien presentó su investigación sobre “Latino Influence in American and Texas Politics”, explicó que Texas tiene cuatro escenarios posibles para los próximos años: el primero es permanecer ROJO como ha sido hasta ahora, con una mayoría republicana y conservadora. El segundo es volverse ROSADO, donde los republicanos continúan como el partido dominante, pero se vuelven ideológicamente menos conservadores. El tercer escenario es ser MORADO, donde no sólo los latinos votan por Obama, sino que un mayor porcentaje de la población ejerce el voto demócrata, y por último, el cuarto escenario es ser un estado AZUL, lo cual implica profundos cambios políticos y organizacionales y, por su puesto, haber pasado antes por las otras tres etapas.
Foto 3: de izquierda a derecha en el panel: Dr. Sylvia Manzano (Latino Decisions); Dr. Dhavan Shah (University of Wisconsin-Madison) y Dr. Talia Stroud (Annete Strauss Institute for Civic Life).
Por último, los analistas coinciden en que los republicanos tendrán que enfocarse en estas “minorías” para ganar las elecciones de 2016, y los equipos ya se alistan a preparar las elecciones senatoriales de 2014 (acá las elecciones de senadores son cada dos años, ya que en cada elección renuevan sólo la mitad de los escaños). Cabe preguntarse entonces si la verdadera política realmente importa, ésa que se relaciona con gobernar al país de la manera más justa y democrática, o al final lo único importante es ganar las elecciones y pisotear al partido contrario. Mi amigo y compañerito del doctorado, Saif Shahin, dice que el fin es gobernar y las elecciones son un medio para hacerlo; pero al parecer, estamos frente a un caso donde el gobierno es el medio y la elección es el fin último a conseguir. Le digo que su reflexión se aplica a todos los países, porque nosotros en Chile también estamos ultra preocupados por quién será el próximo candidato cuando todavía falta un año para la elección. Saif dice que Obama, con todo su carisma y su perfil cercano a las minorías, ha sido el presidente que más latinos ha devuelto a sus países de origen, no ha retirado a las tropas de Medio Oriente y, en resumen, no ha cumplido las promesas que lo hicieron merecedor del Nobel de la Paz. No puedo evitar pensar en nuestra Bachelet, que con todo el apoyo ciudadano igual se mandó mil cagadas con los mapuches, los estudiantes y un largo etcétera.
En resumen, en todas partes se cuecen habas.
Yo creo que el carisma de Obama fue clave en estas elecciones. En el país hay un sentido generalizado de que la cosa no está bien, de que el principal problema es que no se pueden levantar de la crisis y que el desempleo está muy alto, Florida 8.7%, Michigan 9.3%, Nevada 11.8%, New York 8.9%. Ohio 7%. Todos estos estados con alto desempleo votaron por Obama, la gente tiene la esperanza que es él quien los puede ayudar y eso es más por carisma, pq en 4 años no lo pudo resolver, nada dice que lo haga en los otros 4 y hubiese sido más fácil darle la Oportunidad a Romney cuyo emblema era más trabajo. Sin embargo la gente confía en Obama, un presidente cercano y con carisma. Una pregunda para nuestra bloggera, pq Puerto Rico no vota si pertenece a USA?
ResponderEliminarPienso igual, el carisma juega un rol importantísimo. Haciendo una comparación con Chile. Piñera, aunque deje el país y en las mejores condiciones económicas, que de buenos programas y haga un montón de cosas buenas, no volverá a salir el 2016 ni ningún otro año simplemente porque no tiene llegada a la gente y al principio se ve bien pesaito. No así la Bachellet que ,como dices, se mando mil cagadas y, sin embargo, en las encuesta es mayoría. Pienso que el tema pasa por la imagen y la platucha.
ResponderEliminarY lo mismo con Obama. Romney era el antipático de las elecciones, el que tenía mucha plata y no estaba ni ahí con las ideas diferentes de la gente. Muy conservador, millonario y dejando desempleado a Big bird... Por otro lado Obama, con la pura cara convence. Yo opino, claro, desde fuera, solo lo que veo y leo.
Personalmente, pienso que hay que votar por las ideas y propuestas, y no por la persona ni el partido.