lunes, 10 de diciembre de 2012

Que vengan los otros siete!


Después de cuatro meses, el semestre ha terminado y ya sólo quedan los exámenes finales y algunos trabajos huachos que entregar. Todo ha sido increíblemente rápido y como dijo uno de mis compañeros, se acabó el primer semestre; ahora a esperar los próximos siete.

En mis posts anteriores no he comentado mucho del doctorado, principalmente porque creo que para mis lectores hay cosas más interesantes; no obstante, hoy voy a describir cómo ha sido la experiencia de estudiar acá y compartir con gente de diversos países.

Cuando estuve en Alemania (experiencia que puede leer aquí) me tocó estudiar mucho y conocer gente de muchos lugares. Tuve la suerte además de viajar un montón; estuve en la fiesta de San Fermín en Pamplona, observé el mundo desde la Torre Eiffel en París,  le pegué un languetazo a las paredes de las minas de sal en Wieliczca (Polonia), y así con varios lugares más. Por eso pensé que el tiempo acá sería similar, creí que conocería mucha gente en las múltiples fiestas a las que asistiría, y que viajaría por cada estado de Gringolandia. CRASO ERROR, porque de todas estas creencias sólo se cumplió la de conocer gente; las fiestas y los viajes se quedaron en los primeros días de Agosto, cuando estuve en Nueva York en un pre-academic de la Fulbright.

Reconozco, eso sí, que lo he pasado bien, y que no me han faltado carretes. Aunque no he podido recorrer la ciudad tanto como quisiera, he recorrido la calle 6 más de lo que debería admitir, visitando sus múltiples bares y sus carritos de pizza. Este fin de semana fuimos con un grupo de amiguis a celebrar el fin de semestre, e hicimos un tour empezando en el bar del Hotel Driskill pasando por al menos unos cinco lugares más. 

Foto 1: Centro de Austin

Foto 2: Live music!

Foto 3: "El mundo termina en 12 días. Aproveche de comer pizza ahora"

Foto 4: Nancy y yo le hicimos caso al cartel 

Foto 5: Pedrín también se alimentó... 

Foto 6: la calle 6, epicentro de la movida nocturna

Foto 7: terminando la noche con Rachel, Nancy y Adrián 


El doctorado no deja lugar a viajes ni a fiestas entre semana. Somos nueve estudiantes de diversas partes del mundo: India, China, Corea del Sur, Turquía, Brasil, Chile y tres personas de USA. Los nueve nos llevamos muy bien y, obviamente, todo es en Inglés. Ahora estoy super acostumbrada, pero cuando recién comenzaron las clases, no podía dejar de agradecer a Dios el sólo hecho de estar en esa sala participando de esa clase, con esa gente. Todavía lo agradezco, pero ahora ya me creo el cuento; hasta hace poco parecía un sueño.

La estructura de las clases es muy similar a mi Magíster en Chile y al Máster de Alemania: lecturas para leer en casa y discutir en clases, todos sentados en una mesa redonda, el profesor dictando su clase con ayuda de un power point u otra actividad para desarrollar en el aula. Las evaluaciones, eso sí, incluyen exámenes escritos, cosa que dejé de hacer mil años atrás. Así que ahí me enfrenté a mis temores de estudiante de pregrado, escuchándome a mi misma diciendo “no sé nada”, “se me va a olvidar todo”, “me va a ir como el ajo”. Nada de eso ha pasado, aunque reconozco que las vi negras… y que no he dormido en todo el semestre.

Foto 8: Courtney (Master, USA); Eun Jeong (PhD, Corea del Sur); Saif (PhD, India), Magda (PhD, Chile); Trevor (Master, USA); Pei (PhD, China); Rachel (PhD, Brasil); Andres (PhD, USA).



Nos dicen que al menos unas 50 personas postulan al doctorado, y quedan 9 ó 10. Cuando entré me dieron una Teaching Assistant Position, que viene a ser una beca para ser profe ayudante y eximirse del pago del arancel (unos 9 millones de pesos chilenos al año), recibiendo además un salario de $1.300 aprox (650 lucas). Las labores del profe ayudante dependen del profe titular del ramo; en mi caso, tengo que guiar “discusiones” todos los lunes, con tres sesiones de estudiantes. En total tengo 50 chiquill@s de pregrado de diferentes carreras, a l@s cuales les reviso tres trabajos escritos, les pongo nota por una disertación y además por la participación que tienen en mis clases. El profe, a su vez, les hace clases dos veces por semana y les toma cuatro exámenes. Después las notas se suben al sistema y el profe se encarga de ponderar todo. 

Foto 9: "Freedom: Philosophy, History, Law". Es el curso donde soy profe ayudante, 300 estudiantes de diversas carreras de la UT y acá están a punto de tener un examen


Reconozco que la primera clase estaba ultra nerviosa y guatié bastante; nunca había hecho clases en Inglés y mis alumnos hablaban super rápido, así que no siempre les entendía. No obstante, me di cuenta que después de hacer clases cuatro años en diferentes universidades en Conce, no podía venir a guatear acá. Así que de a poco me fui afirmando, me aprendí los nombres de todos, y al final no sólo hablaba y escribía en la pizarra, también entendía todo lo que decían, incluso las tallas. Corregir los trabajos fue tarea de chinos (fijo un fin de semana entero corrigiendo 50 trabajos, tres veces en el semestre), pero me sirvió un montón. Ahora cacho cómo piensan, las cosas que les gusta hacer y sus principales motivaciones. Nada muy distinto de mis alumnos chilenos, debo decir. Ahh, qué nostalgia…

Foto 10: mis estudiantes, sección 1

Foto 11: mis estudiantes, sección 2

Foto 12: mis estudiantes, sección 3



Junto con la Teaching Assistanship me dieron otra beca, que nunca caché bien de dónde venía. Pero recuerdo que una vez nos invitaron a todos los que teníamos esa beca a tomar desayuno con los decanos. Éramos pocos, no más de 60 personas, todos de distintas facultades y cada uno con su respectivo decano. Cuando recién empezó la ceremonia, la persona que nos recibió nos dijo “You are the best of the best” (“ustedes son lo mejor de lo mejor”). CHAAAA no será mucho? Me da un poco de pudor cuando me acuerdo, pero mi papá me pidió que por favor lo escribiera algún día en el blog. Ya vez papito, te estoy haciendo caso.

Leí una vez un artículo que decía “Razones para no estudiar un Doctorado en Comunicación”. Las razones que da el autor se aplican a cualquier doctorado, creo yo; resumiré aquí las más interesantes. Primero, “si usted está acostumbrado a ser siempre el mejor alumno de la clase, NO ESTUDIE EL DOCTORADO, se dará cuenta de que hay gente mucho más inteligente que usted”. Sí, me pasó. "Si usted quiere estudiar un doctorado para hacer clases, NO CREA QUE LE VA A SERVIR PARA ESO, porque en ninguno de los ramos enseñan a hacer clases; sólo a investigar”. Tiene razón, pero la experiencia como profe ayudante me ha servido un montón. Y por último “Si quiere estar en un ambiente de intelectuales, donde todos son pensadores de alto nivel, SIEMPRE SE ENCONTRARÁ CON ALGUIEN QUE LO HACE PREGUNTARSE ¿y éste cómo llegó acá?”. Y bueno, en todas partes se cuecen habas. Lo importante es que las razones PARA NO ESTUDIAR EL DOCTORADO son menos relevantes que aquellas para sí hacerlo. 

En unos días más me voy a Chile a pasar las fiestas de fin de año. No sé si alcance a escribir algún otro post antes de mi partida, pero estoy tratando de convencer a Pedro de que escriba algo de su experiencia como bloggero invitado. A ver si ustedes lo enganchan! Bienvenidos sus comentarios :)

Foto 13: pucha que me gustas UT... (Foto: Marsha Miller.- UT)